Carlos Calero / Fotos
La familia Mejía Restrepo por cerca de 10 años vivió en esta casa en medio de la naturaleza. Es aquí donde Maleja y Tatán pasaron sus mejores momentos al lado de Guadalupe, su hija mayor y donde también nació la pequeña Macarena. Juntos disfrutaron de este lugar lleno de colores ácidos, olores florales y acabados en rústicos. Y todo eso en torno a un espectacular paisaje verde.
"Nuestra casa fue decorada por nosotros mismos, nos gusta que cada lugar tenga nuestra personalidad. Ella (su casa) se parece mucho a nosotros, no tiene compliques, es fácil de digerir y ha estado abierta para todos los que traigan cosas lindas", dice Maleja.
Un lugar de familia
Tatan y Maleja buscaron un lugar perfecto para el crecimiento de sus hijas; se trata de una zona social atiborrada de diseño moderno y belleza.
Allí se destacan dos sillas de estilo antiguo, el perfecto contorno de las curvas de la madera fueron tapizadas con un material impecable; hay que destacar que ese atrevido detalle llena el espacio de un lujoso toque artístico.
Para brindar un toque original y lleno de estilo, una alfombra que imita la textura y tonalidades del pasto sobresale en el lugar. Para acompañar las tonalidades verdes, encima de la mesa de centro reposa un detalle que esboza la personalidad del hogar, es una bota roja que presta la función de un florero.
Una pasión llevada a la decoración
La exaltación por la velocidad se ve reflejada en varios cascos que se encuentran colgados en la sala; se muestran los recuerdos de carreras ganadas.
El comedor, además de seguir la tendencia rústica, conjuga a la perfección con la personalidad y el espacio. Se trata de una mesa en granito con sillas en madera natural. Una lámpara roja engalana el lugar que delimita totalmente una cocina, que goza de gran amplitud, ya que es totalmente abierta.
Alegría y descanso
La zona privada "es un lugar para crear, divertirse y descansar" aseguró Maleja con el desparpajo y la sonrisa que la caracterizan. La habitación de Guadalupe es un espacio que derrocha color y 'buena vibra', allí un hermoso paisaje con un radiante sol hace aún más alegres los días de la pequeña.
La entrada de luz natural es una de las principales atracciones de la habitación principal. A través de un gran ventanal se puede observar un bello paisaje natural, el cual resalta con el color blanco del interior.
Al observar los lugares de descanso, se puede percibir que son espacios libres de cualquier interrupción. Además de estar aislados del ruido, son bondadosos en área, tienen mucha luz y son ricos en colores claros. Todo esto sin perder el estilo rústico y original a la hora de decorar.
Un par de minutos más y el recorrido termina. La visita culmina con un fuerte abrazo y, de paso, un exitoso balance que nos deja como enseñanza que ‘decorar es un asunto de personalidad’.ç
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