Escalera al cielo
Redacción / Zandra Quintero Ovalle
Una casa en Singapur recupera sus elementos históricos al tiempo que, en su interior, goza de un completo programa que trae luz, frescura y estética a sus ambientes.
La firma ONG & ONG está posicionada como una de las más importantes de Singapur y goza de gran reconocimiento en el continente asiático. A la cabeza de la Dirección de Vivienda Aislada se encuentran los arquitectos María Arango y Diego Molina, quienes han conformado equipo con los también arquitectos colombianos Camilo Peláez y Tomás Jaramillo.
María y Diego han sido responsables de la restauración y remodelación de una docena de viviendas de conservación a las que no solo les han devuelto sus valores históricos, sino que han adecuado para cumplir con las necesidades de la vida contemporánea.
Esta casa se encuentra ubicada en la céntrica zona histórica de Blair Road, en la que abundan edificaciones construidas entre 1900 y 1940. Los dueños de casa, una joven pareja con dos niños, se involucraron profundamente en los aspectos de la restauración, pues si bien buscaban un espacio moderno y funcional, les interesaba que conservara su identidad histórica tanto como fuera posible.
La casa había sido alterada dramáticamente en su arquitectura original, a excepción de la fachada que conservaba su pasado esplendor y a la que se le restituyeron la puerta, las ventanas alargadas y los mosaicos del zócalo. El primer nivel era básicamente un solo espacio mal iluminado que corría de un extremo a otro. Para dejar entrar la luz y refrescar el ambiente, se planteó un jardín interior con una pared verde que se convierte en el punto focal de esta planta ya que no hay muros divisorios. Desde la entrada y luego de la sala y el comedor, en los que destaca la viguería del entrepiso, se aprecian el jardín y, en un nuevo volumen, la cocina. Su espacio se delimita por un tapete conformado por mosaicos de cemento decorado, mientras que los dos mesones de trabajo, uno de ellos enchapado en mármol blanco, quedan ubicados contra la pared. A la izquierda y paralelas a la circulación, están las alacenas y la nevera con puertas de piso a techo que resultan casi imperceptibles. Un comedor auxiliar y un pequeño deck en piedra que marca la transición al jardín completan el área de la cocina, que al fondo cuenta con una escalera de caracol de estilo antiguo que conduce a las áreas de servicio.
En la primera planta destaca también la impresionante escalera, que divide a la sala y al comedor. Desarrollada en mampostería blanca con pasos de madera, la escalera de cualidades escultóricas, masiva y con forma de espiral, parece una serpentina que se desenrolla abarcando los tres niveles de la casa. Por el vacío de la escalera fluye la luz proveniente de las claraboyas ubicadas en la azotea.
En el segundo piso se ubican dos habitaciones que comparten un baño: una mira al frente y tiene vista hacia la calle, mientras que la otra lo hace al extremo posterior y cuyo balcón se asoma al jardín interior. En la caja de la escalera se encuentra un largo corredor con bibliotecas y generosos espacios para almacenaje.
En el último piso se ubicó la habitación principal, donde las vigas, tal y como en el primer nivel, le dan ese sabor histórico que tanto deseaban los dueños.
La planta resulta muy original ya que el baño se encuentra separado de la habitación por la escalera que divide los dos espacios. Para sacar provecho de ello, el mesón de piedra caliza donde se apoyan los lavamanos se prolonga y sale hasta el corredor, conformando así una barra de usos múltiples entre las estanterías alineadas en la pared.
Para completar el programa, en la azotea del nuevo volumen posterior se construyó una piscina de 7 m de longitud y un deck de madera donde la familia puede refrescarse durante los calurosos días tropicales.
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