La construcción se diversifica y fortalece nuevos negocios
Mientras que los constructores deben enfrentar altibajos propios de su negocio, los servicios inmobiliarios tienen la opción de moverse en varios frentes que comparten con la tradicional compraventa y el alquiler de bienes raíces, entre otros.
Así lo confirmó la presidenta de la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas), María Clara Luque, quien con base en el reciente reporte del Dane sobre empleo destacó cómo esa diversificación ha permitido conservar e, incluso, aumentar los puestos de trabajo en el sector.
Según la entidad estadística, entre junio y agosto de este año el número de personas ocupadas en el país sumó 22,1 millones y algo para resaltar es que en la lista está la categoría de actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, con una variación de 7,7 por ciento del total, seguida de la construcción, que reportó un alza de 6,2 por ciento.
El Dane también analizó la contribución al total y, en este caso, la primera registró una caída de 3,7 por ciento que, asegura Luque, no le quita el protagonismo que ha tenido este año.
En medio de las eventualidades, “su impulso a la economía del país ha sido evidente, ya que el valor agregado creció 3,2 por ciento durante el primer semestre de este año respecto al mismo periodo del 2015.
Y aunque la oferta de servicios se sigue ampliando, el buen desempeño en los de alquiler de vivienda es el que sigue soportando los negocios; de hecho, en el periodo analizado se incrementaron 3,4 por ciento.
Las recientes cifras de venta de vivienda nueva reportadas por la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) también dan cuenta de un momento estable para el sector, a pesar de la desaceleración y la incertidumbre: pasaron de 116.864 unidades entre enero y agosto del 2015 a 116.987 en el mismo lapso del 2016.
En este entorno, la dinámica se mantiene porque la mayoría de las veces, quien va a comprar un inmueble para estrenar vende el usado o, si lo prefiere porque su presupuesto lo permite, lo alquila.
Y ahí es donde, precisamente, tienen acción los servicios inmobiliarios, incluso, con la contratación de avalúos, administración de copropiedades, para citar solo dos líneas de negocio.
Al respecto, el gerente de la firma Avacol, Manuel Alfonso Carrillo, considera que las cifras al alza reportadas estarían impulsadas por los servicios empresariales, que comparten espacio en la categoría de actividades inmobiliarias y de alquiler.
Negocios y formalidad
Sin embargo, considera que el desempeño sería mucho mejor si no existiera tanta informalidad. “Tener un sector inmobiliario más profesionalizado nos permitiría consolidar datos de la verdadera dinámica que –de hecho– ahora requiere más monitoreo, si se tiene en cuenta que –como lo dijo Fedelonjas– el campo de acción es más amplio”.
Según Alfonso, a las ventas de oferta residencial nueva y usada hay que agregarle la construcción y comercialización de oficinas, locales, bodegas y otros usos.
“Incluso, hay más avalúos, alianzas con firmas del exterior y, en general, negocios más sofisticados que merecen que el sector sea más formal”, dijo el empresario, quien agregó que en el caso de los avaluadores “seguimos en la tarea de consolidar el registro y algo hemos avanzado”.
Para la Presidenta de Fedelonjas, los avalúos no solo se mantienen activos en el portafolio de las firmas inmobiliarias, sino que han crecido más allá de la tradicional definición de los precios de inmuebles.
“Esto incluye la identificación de los costos de los predios destinados al desarrollo de vías y, por ejemplo, todo lo referente a las carreteras 4G, en los cuales nuestras firmas afiliadas son fundamentales”, recalcó.
Sobre la creciente responsabilidad de atender un mercado en constante evolución, Robert Vargas Pérez, gerente de Suramericana de Arrendamientos-Suinmobiliaria, considera que la tarea incluye el apoyo al cuidado y al aprovechamiento del valor que representa la propiedad privada.
“La compraventa y permuta, la titularización, los avalúos, la administración, las hipotecas, las reparaciones y los servicios jurídicos, entre otros, están generando un flujo de capitales importante para la economía del país.
Además –anota Vargas–, la cultura de consumo ha impulsado nuevos modelos de inversión y productos inmobiliarios como el segundo hogar o los inmuebles especializados para cada tipo de familia que, al final, terminan creando nuevos hábitos y decisiones de inversión.
Con estas condiciones, las empresas locales deben prepararse explorando activamente su entorno, dándoles lectura a estas tendencias para enfrentar un sector que se está reinventando.
El estrato medio y otros rangos para entender
Para la presidenta de la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas), María Clara Luque, los negocios inmobiliarios son representativos porque el sector, pese a la desaceleración económica, ofrece excelentes márgenes de rentabilidad y tiene bajo niveles de riesgo.
En el panorama de inversiones, la vivienda dirigida a los estratos medios y los inmuebles con destino a actividades comerciales forman parte de los subsectores de gran atractivo que siguen impulsando los negocios del sector.
La sobreoferta de oficinas que se presentó en las grandes ciudades, especialmente en Bogotá, también genera oportunidades. Según Luque, “algunos empresarios que tenían sus espacios en alquiler han tenido la posibilidad de comprarlas a precios muy atractivos”.
El arrendamiento es la segunda opción más utilizada por la gente en Colombia después de la vivienda propia.
Según un informe del BBVA Research, con base en la Encuesta de Calidad de Vida del Dane del año pasado, “el 37,3 por ciento de los hogares vive en arriendo, frente a un 41,6 por ciento que ya tiene una casa o un apartamento propio, y a un 4,3 por ciento que está habitando un inmueble residencial que está pagando”. Vale recordar que hay una iniciativa que sugiere construir y alquilar, pero no ha avanzado lo suficiente.
Redacción: Gabriel E. Flórez G. / Coordinador editorial Vivienda EL TIEMPO
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